Desde Colibrís en Acción trabajamos para promover que la implicación social sea motor de cambio en nuestro entorno, puesto que somos conocedores de que la verdadera transformación social ha venido y vendrá dada siempre de la mano de personas que salen de sus casas y dedican su esfuerzo en aquellas causas que les mueven.
Las personas que configuramos la entidad somos personas que participamos de diferentes movimientos y causas sociales y nos unimos en esta asolación para reforzar desde nuestro ámbito todas las acciones que generan un cambio social y mejoran la calidad de vida de las personas en Asturias.
Y es que es una región que se ha caracterizado históricamente por su fuerte tradición de lucha y reivindicación social. Desde las huelgas mineras de los años 60 y 70 hasta las movilizaciones en defensa de la sanidad pública o la educación, nuestra comunidad siempre ha demostrado una gran capacidad de movilización y organización para defender sus derechos y reivindicaciones.
En este contexto, el activismo y el voluntariado juegan un papel fundamental. El activismo implica la participación activa en la defensa de causas sociales, políticas o culturales, mientras que el voluntariado implica la dedicación de tiempo y esfuerzo a la realización de acciones solidarias y de ayuda a los demás.
Ambas formas de participación ciudadana son imprescindibles para la construcción de una sociedad más justa y equitativa. El activismo permite denunciar situaciones de injusticia o discriminación, promover cambios sociales y políticos y fomentar la participación ciudadana. El voluntariado, por su parte, permite mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables, ofrecer apoyo y ayuda a los colectivos más desfavorecidos y promover valores como la solidaridad, la empatía y la colaboración.
En Asturias, son numerosas las organizaciones y colectivos que promueven el activismo y el voluntariado en diferentes ámbitos. Desde asociaciones de vecinos y grupos ecologistas hasta organizaciones de defensa de los derechos de las personas LGTBIQ+, pasando por colectivos feministas o grupos que trabajan por la integración de las personas migrantes, todas estas iniciativas tienen en común su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Además, el activismo y el voluntariado también tienen un impacto positivo en las personas que los practican. Por un lado, permiten desarrollar habilidades y competencias como la capacidad de trabajo en equipo, la gestión de conflictos o la comunicación efectiva. Por otro lado, favorecen el desarrollo de una conciencia crítica y comprometida con la realidad social y política.
En definitiva, el activismo y el voluntariado son formas de participación ciudadana imprescindibles para la construcción de una sociedad más justa y solidaria. En Asturias, su importancia se hace especialmente relevante en un contexto de crisis económica y social como el actual, en el que la solidaridad y la colaboración se convierten en valores fundamentales para superar las dificultades y avanzar hacia un futuro mejor.